Mientras laboraba como periodista investigador en el Centro de Información Gubernamental, el periodista Leonardo Castillo fue encargado por el director de la institución para que realizara varios artículos periodísticos relativos a las novedades incorporadas a la Constitución Dominicana promulgada en enero del 2010.
Son artículos fabulosos y van mostrando los enormes avances teóricos en materia de derechos humanos.
Mientras en el terreno de los hechos parece existir un divorcio entre el sueño del legislador y la realidad de cada día.
Así surgió Sueños de media Isla.
El mayor anhelo en el corazón de todos los dominicanos, de los latinoamericanos, de los suramericanos y norteamericanos quizás también muchos europeos y africanos sea el mismo.
Ese sueño, anhelo, deseo, aspiración coincide con la declaración universal de los derechos humanos. Estos derechos están en la mayoría de las constituciones y forman parte de los sueños de la gente.
Pero así como existen los sueños y el deseo de que esos sueños se hagan realidad, también existen las pesadillas.
Es una pesadilla cuando se pierde la libertad de forma arbitraria, en Santo Domingo se usan las llamadas redadas en barrios pobres principalmente, donde los jóvenes son arrestados masivamente y montados en la parte trasera de un camión y llevados malamente a prisión donde se les maltrata, depura, extorsiona en algunos casos y finalmente se les pone en libertad hasta la próxima redada.
Es una pesadilla cuando las autoridades policiales matan por error un familiar nuestro, al cual confundieron con un supuesto delincuente que era buscado para ejecutarlo extrajudicialmente. Es una pesadilla cuando nos aplican retroactivamente una legislación que nos perjudica.
Es una terrible pesadilla cuando estamos desempleados y no tenemos dinero para comer, vestir, alojarnos y cubrir necesidades básicas a pesar de nuestros derechos constitucionales. Pero también es una pesadilla cuando trabajamos para empresarios explotadores que nos exigen jornadas rígidas de trabajo a cambio de salarios tan bajos que no alcanzas ni siquiera para lo más básico manteniendo-nos en una especie de estado de esclavitud.
O cuando somos empresarios y nos cobran los impuestos por adelantado y nos someten a situaciones abusivas que nos llevan a extender esos abusos hacia nuestros empleados y clientes.
En verdad este libro trata acerca de los sueños que queremos ver convertidos en realidad y trata acerca de que no queremos más pesadillas y trata sobretodo, acerca de de compartir una meta común y ya no solo perseguir la prosperidad y la felicidad individual nuestra, sino ir por la felicidad de todos.
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